Un piso cálido y muy ingenioso

Beatriz Escudero y su marido viven en un piso que compraron hace más de 20 años. Ella es una apasionada de la decoración y su sueño era tener una casa como las que salen en la revista El Mueble. Ese sueño se hizo realidad cuando el día de Reyes, su marido le entregó una tarjeta que anunciaba “Vale por una propuesta de reforma por la interiorista Mireia Masdeu”.

Así es como el estudio Masdeu Design proyectó la reforma de esta vivienda en Sant Cugat del Vallès que consistió en ofrecer soluciones para ganar almacenamiento y aprovechar al máximo los espacios y la luz natural.

Mireia Masdeu, encargada del proyecto, comenta que la reforma “vino motivada por la ilusión de los clientes de darle un lavado de cara al piso, adaptando los diferentes espacios a las necesidades cotidianas de la familia. Esto se consiguió abriendo la cocina a la sala de estar y el comedor, al mismo tiempo que sustituíamos la pared de separación con el recibidor por un ventanal, que hiciera posible la llegada de luz natural”.

Con la nueva distribución, se consiguió que los espacios cerrados como son; los pasillos o la antigua cocina estrecha y oscura, se reconvirtieran en espacios amplios, luminosos y con mucha capacidad. Finalmente, se consiguió un piso práctico, acogedor y atemporal con el uso de materiales naturales como la madera de roble en combinación con colores neutros y suaves.

La propietaria, Beatriz Escudero, cuenta a la revista El Mueble cómo afrontó esta reforma.

Renunciar a una habitación para conseguir más espacio

El proyecto de reforma planteó modificar un piso de cuatro habitaciones (una de ellas estrecha en formato tubo), con pasillo y espacios cerrados (cocina estrecha con poca luz), en un piso de 3 habitaciones, espacios amplios, luminoso, con mucha capacidad de almacenaje y práctico.

Beatriz estaba segura de que «quería que el piso fuese cálido, sencillo, acogedor y muy práctico. El estilo lo tenía claro: materiales naturales, atemporal y colores neutros-claros. Además, necesitábamos más espacio para los dos jóvenes de la familia, capacidad de almacenaje y aprovechar al máximo los espacios (eliminar pasillo y unificar espacios office con comedor)«.

Además, “el tomar la decisión de eliminar una habitación fue lo que más me costó, pensaba que perdería valor por el hecho de tener menos habitaciones, podría arrepentirme en algún futuro por tener la necesidad de una habitación… Y la verdad es que ahora viendo el resultado, puedo reconfirmar que ‘más vale poco y bien que mucho y mal’”.

Para más inri, «eliminar una habitación no sólo aportó mejora en el tamaño de las habitaciones de los chicos sino que también se destinó al comedor, dándole más armarios y por tanto posibilidad de mantener mejor el orden«, reconoce la protagonista.

Evolucionar al ritmo de las necesidades

A la hora de pensar en esta reforma, se tuvo en cuenta que el piso se debía adaptarse a las necesidades diarias y no a las puntuales o futuras porque «las necesidades de la familia van evolucionando, no son las mismas cuando empiezas a formar una familia, que las de ahora, que la familia ya es más grande» asegura Beatriz.

Abrir la cocina al salón

Renunciar a una habitación no fue la única decisión difícil que tuvo que tomar Beatriz: «otra cosa con la que dudaba fue la de hacer una cocina abierta, el tema de olores me preocupaba. Inicialmente decidí integrarla en el comedor con la condición de poner un cristal, a fecha de hoy ese cristal no está puesto, pero es posible que termine cerrándola un poquito…«.

Se dejó a un lado un tabique a media altura para colocar un mueble con encimera en la parte de la cocina y al otro lado sirve como mueble de TV y continúa como una mesa que sirve de office e incluso mesa de trabajo si hace falta.

Luz en todas las estancias

En las habitaciones y los baños también estuvo muy presente la idea de que la luz debía ser la protagonista, por ello se aprovechan los ventanales y las ventanas para distribuir los espacios eficientemente y permanecen los colores cálidos y los materiales nobles que insisten en la neutralidad del ambiente.

En el baño del dormitorio principal se instaló el lavabo Nilo rectangular sobre mueble suspendido de madera.

Un recibidor lleno de luz

Se tiraron los tabiques que definían un recibidor, cocina y pasillo, y de esta manera obtener un recibidor abierto que permite nada más entrar en la casa tener la sensación de espacio, viendo directamente el jardín del piso.

Gracias a este nuevo tabique acristalado, el recibidor ha ganado mucha luz.

Proyecto | Mireia Masdeu
Estilismo | Sol Van Dorssen
Fotografía | Pepa Oromí
Publicación | Un reportaje exclusivo de El Mueble