En un mundo cada vez más automatizado, el valor de lo hecho a mano cobra más fuerza. En Bathco lo demostramos con cada pieza que sale de nuestro Atelier, el taller artístico donde los lavabos se transforman en obras únicas a través de la intervención manual de nuestros artistas. Un claro ejemplo es el lavabo Dobra, cuya decoración se realiza completamente a mano mediante técnicas tradicionales con pigmentos cerámicos.
Un lavabo de porcelana como lienzo
El proceso comienza con la aplicación de una base en tonos chocolate que cubre toda la superficie exterior del lavabo, en su estado más puro: porcelana sin esmaltar. Esta capa, rica en matices, se aplica con pinceladas cuidadosas que respetan el ritmo de secado y las propiedades del esmalte cerámico.
Utilizando pinceles y esponjas, los artistas aplican pigmentos cerámicos líquidos cuidadosamente preparados. Estos pigmentos están formulados para reaccionar al calor del horno, lo que significa que el aspecto final no se ve en el momento de la aplicación.
En esta fase se combinan distintos tonos que, tras la cocción, darán lugar a una rica gama de marrones, dorados y matices cálidos que caracterizan al modelo chocolate/oro.

La transformación en el horno
Una vez finalizado el trabajo de pintura, el lavabo pasa al horno. Allí, a altísimas temperaturas, se produce la magia: los pigmentos reaccionan al calor, se vitrifican y revelan su color definitivo.
Es en este punto donde el diseño adquiere su verdadera identidad. La combinación del chocolate con los reflejos crea un efecto visual impactante, que gana aún más fuerza bajo la luz. Más allá del color, lo que destaca es la textura visual lograda con la esponja.

Una pieza funcional y decorativa
Ningún lavabo Dobra pintado es igual a otro. Aunque se respeta un diseño base, la técnica manual hace que cada pieza tenga ligeras variaciones que la convierten en exclusiva. No hay dos lavabos iguales: esa es la esencia del Atelier